jueves, 9 de agosto de 2012

ECOSISTEMA ACUATICO

             



                              



Se entiende por Ecosistemas Acuáticos a todos aquellos ecosistemas que tienen por biotipo algún cuerpo de agua, como pueden ser: mares, océanos, ríos, lagos, pantanos, riachuelos, laguna entre otros. Los dos tipos más destacados son: los ecosistemas marinos y los ecosistemas de agua dulce.
El montante, variaciones y regularidad de las aguas de un río son de gran importancia para las plantas, animales y personas que viven a lo largo de su curso. La fauna de los ríos es de anfibios, peces y una variedad de invertebrados acuáticos.
Los ríos y sus zonas de inundación sostienen diversos y valiosos ecosistemas, no sólo por la cualidad del agua dulce para permitir la vida, sino también por las numerosas plantas e insectos que mantiene y que forman la base de las cadenas tróficas.
En el lecho de los ríos, los peces se alimentan de plantas y los insectos son comidos por las aves, anfibios, reptiles y mamíferos.
El agua dulce de los ríos presenta una enorme variedad de composición. Como esta composición química depende, en primer lugar, de lo que el agua pueda disolver del suelo por el que discurre, es el suelo lo que determina la composición química del agua.
Si el suelo es pobre en sales y minerales solubles, también el agua será pobre en sales y minerales. Y, a la inversa, si el suelo es rico en materias químicas solubles, gran parte de su riqueza la cederá al agua, con lo cual ésta contendrá muchas más sales minerales.
Eso es determinante para los tipos de vida animal y vegetal que allí se pueda desarrollar.
Las principales adaptaciones de los animales y vegetales están directamente relacionadas con las características físicas del agua, con la que están permanentemente en contacto los organismos que viven en este medio acuático.



Los ecosistemas acuáticos incluyen las aguas de los océanos y las aguas continentales dulces o saladas.


La oceanografía se ocupa del estudio de los primeros y la limnología de los segundos. En este último grupo no sólo se consideran los ecosistemas de agua corriente (medios lóticos) y los de agua quieta (medios lénticos), sino también los hábitats acuosos de manantiales, huecos de árboles e incluso  
  las cavidades de plantas donde se acumula agua y los ambientes de aguas subterráneas. Cada uno de estos cuerpos de agua tiene estructuras y propiedades físicas particulares con relación a la luz, la temperatura, las olas, las corrientes y la composición química, así como diferentes tipos de organizaciones ecológicas y de distribución de los organismos.


Anteriormente se analizó la energía como indispensable para el funcionamiento de todo ecosistema.  A continuación, se identificarán los principales ecosistemas, atendiendo no sólo al elemento energético, sino también otros tópicos como: el aspecto geográfico que implica el clima, comunidades bióticas y elementos abióticos, los cuales mezclados forman sistemas complejos y dinámicos constituyentes de la naturaleza en sí.


Se tratará de listar y caracterizar en forma breve las principales formas ecológicas o los tipos de ecosistemas fácilmente reconocibles.

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